lunes, 30 de julio de 2012

Capítulo 9: Dudas.

Me desperté temprano. No serían más de las ocho. Había tenido un sueño agitado, pero no me acordaba de nada. Aunque estaba segura de que había soñado con Eric. ¿Cómo podía ser un vampiro? No me entraba en la cabeza.
En tres días había descubierto demasiadas cosas. Primero, me había enamorado de un chico el cual escondía un gran secreto, era un vampiro. Y segundo, no podía contárselo a nadie. Ni siquiera a Sandra, mi mejor amiga, a la que le contaba cada cosa que me sucedía.
Me levanté de la cama y fui directa a la ducha. Necesitaba un baño de agua fría para despejarme.
Después de la ducha me encerré en mi cuarto.
Cogí la lechuza que días antes me había regalado Eric como disculpa. La miré.

No sabía que hacer. Estaba segura de que le quería, pero tenía mucho miedo. Era un vampiro. ¿Cómo iba a salir con un vampiro? En ese momento, alguien tocó la puerta.
 - ¿Quién es? -Pregunté-
Mi madre se asomó detrás de la puerta.
 - ¿Ya estás despierta?
 - Sí, pasa.
Se sentó a mi lado en  la cama.
 - ¿Dónde estuviste anoche Beatriz?
 - Con Eric.
 - ¿Y no te dije que no fueras? Me mentiste.
 - Mamá, tenía que ir.
 - Pero, ¿porqué no me dijiste que sí que ibas a ir cariño? Si me lo hubieras explicado, te hubiera dado permiso.
 - Bueno, fui y ya no hay marcha atrás. Lo siento.
Mi madre me abrazó. Estuve a punto de contárselo todo. De decirle que ese chico que le presenté ayer era un vampiro. Que ese vampiro me había robado el corazón, que estaba completamente enamorada de él, pero no lo hize. Iba a ser una estupidez.
 - Te gusta mucho ese Eric, ¿verdad?
Yo me quedé muda. No sabía que contestarle.
 - Eh... bueno, es muy guapo. Cuando estoy con él, me siento muy agusto.
 - Parecía muy buen muchacho. Y sí, es muy guapo.
 - Pero nosé si volveré a verle...
 - ¿Porqué dices eso?
 - Porque... bueno... da igual. En serio, da igual.
 - Bueno... cómo quieras. Si necesitas hablar con tu madre en algún momento, ya sabes que estoy aquí para todo.
 - Muchas gracias mamá.
Me dió un beso y se fue.

Necesitaba hablar con Eric. Necesitaba oir su voz.
Bajé las escaleras y me apresuré a coger las guías telefónicas y el teléfono. Busqué a la familia Filho. Había dos con ese  nombre. Marqué el primer número.
 - ¿Sí?- Contestaron en la otra línea.
 - ¿Está Eric Filho?
 - Aquí no vive ningún hombre con ese nombre.
 - Lo siento, he debido de confundirme. Adiós.
Colgé y sin pensármelo dos veces marqué el otro número.
 - ¿Diga?
 - ¿Está Eric?
 - Sí, ¿de parte de quién?
 - Soy Bea. ¿Puedes decírle que se ponga, por favor?
 - Ahora mismo, un momento.
Mientras esperaba, comencé a soreir como una tonta. El amor.
 - Dime.
 - ¿Eric?
 - Sí, soy yo Bea.
 - Quería pedirte... decirte, que si podemos vernos. Por favor.
 - Bea, ¿estás segura?
 - Sí, necesito hablar contigo.
 - Vale, dentro de media hora paso a buscarte.
 - Perfecto. Hasta entonces.

Mi madre me había abierto los ojos. Estaba harta de no luchar por lo que quería. Por lo que realmente me importaba. Estaba completamente segura de que Eric me importaba, de que le quería. Cuando estamos juntos todo es diferente. Estaba preparada para que me explicara todo. Quería conocer todo sobre él. Cómo y porqué era un vampiro. Todas las dudas que tenía al principio habían desaparecido. Me daba igual lo que fuera. Mi miedo había desaparecido de golpe. Yo lo quería antes de saber que era un vampiro. Eso no tenía porqué separarnos. Estaba segura.

1 comentario: